Capitulo 1.3

Grisell llego a casa, esta vez entrando por la puerta como persona normal. Subió rápido al cuarto y se tiro en cama mirando el techo de su habitación, pensando y dejando que ilusiones la envuelvan como millones de estrellas que la rodean para llevarla al universo de los sentimientos, como sintiendo un vacío en el estómago, imágenes que dan vueltas en su cabeza, imágenes del momento en que vio aquel desconocido, sonidos de sus locos gritos y su sonrisa descarada. En sus pensamientos lo insultaba y ella misma se decía ser tonta .. - Sólo tengo 19 años y pienso en casarme con un desconocido, hasta donde viaja la mente y el corazón necio, son estupideces que provoca el no salir de aquí.

Un sonido llamo la atención de María arriba, un sonido violento como si se tratara de los niños de la cuadra rompiendo otra ventana. Enfurecida subió a la habitación de Grisell y entro sin tomar la mínima atención a su hija, sólo miro aquel gran retrato que estaba adornado de vidrio grabado con letras, un retrato que no había notado desde hace tiempo.. - ¿Cómo se puedo caer de la pared? Es nuestra boda, cuando me case con tu padre y recuerdo que me pediste ponerla en tu habitación para así vernos siempre juntos antes de dormir. Grisell contesto la explicación de su madre que contaba cada palabra como viajando en el pasado entre sus memorias. - Yo lo rompí, discúlpame fue un accidente. Sólo un silencio inundo la habitación. - ¿Mamá? Yo lo tire, no fue mi intención, discúlpame ¿Sí?. María salió mirando la foto, sólo la miraba sin decir nada, dio pasos cerrando la puerta, caminando a su habitación. 

Grisell abrió la puerta, entrando a la habitación donde estaba su madre sentada aun mirando el retrato con algunas lágrimas que no dejaban de resbalar por su mejilla, sintiendo mucho frío, frotando sus brazos para no sentirlo. - ¿Mamá? ¿Estás bien? Tiene mucho tiempo que no entraba aquí, ¿Qué es esto?.. Grisell miró una pequeña libreta, un diario de María que explicaba cada etapa de su hija y los momentos más bonitos a su lado. - Enero: Hoy dio sus primeros pasos, me encanto verla con su fuerza de vivir la vida, con su entusiasmo de querer llegar lejos cada vez más lejos tal vez estoy exagerando, pero para mí es mucho verla crecer y ahora caminar, esperamos tanto por tener una hija y hoy me siento tan completa de tenerla y verla dar sus primeros pasos, ya me la imagino en sus quince años. - ¿Mis quince años? Si jamás me hicieron quince años. Lo decía Grisell en su mente mientras leía cada palabra que jamás imagino leer de su madre y a eso le entro la curiosidad por saber que pensaba hoy de ella.

No había nada.. Las demás hojas estaban en blanco, sólo una muy larga al final del librillo con letras muy extrañas. - Junio: ¿Qué le hice a Dios? ¿Qué hice mal? ¿Porqué llevarse lo más preciado de mi vida? ¿Porqué me arrebato la parte más importante de mi ser, de mi alma, de mi vida? En ese accidente debiste llevarte al ebrio que habita en la casa y no a mi hija, ¿Dónde te la has llevado? Perdón si te reclamo pero me duele en el alma perder a mi niña, la veo en un baúl con los ojos cerrados y ya sin vida, me esta matando esto, no soporto verla ahí. Grisell se confundió entre ese mar de letras sufridas, ¿Cuál hija? Se repetía en su cabeza, yo no he muerto, estoy vida.. - ¿Mamá? ¡Mamá! ¿Porqué no me escuchas? Esto no esta pasando, no puede ser, no estoy muerta, ¡Mamá! ¡Hazme caso! Esto no es real. Grisell sin poderlo aguantar más, se tiro en llanto, corrió por las escaleras buscando salidas mientras todo se le oscurecía, se le hacía cada vez más pequeño el espacio hasta caer en un sillón - Esto es un sueño, no esta pasando; mañana todo será normal, voy a dormir, intentaré dormir. ¡Eso! Dormir, mañana todo será normal. Vamos Grisell esto no es real, duerme, duerme, duerme, duerme... 

Se perdió en su sueño, olvido aquello que sintió en ese instante y sólo quiso dormir; dormir la realidad.