Capitulo 1.2.

José callo al suelo, como desmayado... Balbuceando palabras, tal vez soñando sujetando un collar con una foto de Grisell pequeña. Su esposa María dormía en cama despreocupándose de la vida, al fin ya estaba acostumbrada a los mismos escenarios en su casa, al fin ella sólo se preocupaba por su hijo menor, por que comprar mañana para que estuviera lista la comida y lo demás ya no le importaba se sentía de otra familia, de otro mundo y otro espacio así mantenía su vida. 

Al día siguiente la cruda tremenda que no soltaba a José, parecía que el dolor de cabeza lo mataba y la debilidad de su cuerpo lo atenuaba como si se estuviese desgastando. Mientras, por otro lado desde temprano salió María de compras, su única distracción y desahogo para olvidar amarguras. 

Grisell despertó y como cada mañana de sus días ... Salia a escondidas con su mochila tan sólo a caminar y mirar gente pasar en una banca de el parque más cercano con sus pies mirándose las puntas y las manos entre las piernas y al pasar un rato, leer y perderse en su libro viejo de tantas hojas ya sin portada y con algunas páginas perdidas. 

Entre su distracción escucho decir: - ¡Hola!, ¡Sí, tú la que esta leyendo! - ¡¿Te conozco?! Contesto Grisell gritando a un joven desconocido que se sentó dos bancas aparte de la suya gritando desde lejos llamando su atención. - ¡Supongo que no me conoces, ya me hubieras dicho hola! - ¡Hey! ¡¿Puedes acercarte y dejar de gritar?! - Gracias por invitarme a acercarme, quise saludarte desde lejos porque así si me rechazabas ya no tendría que caminar mucho y te vi muy linda me llamaste la atención y quise saber tu nombre, ¿Lo puedo saber, o tienes novio algo así? Tampoco quiero molestar o tener problemas.. Grisell lo miró como si fuera un ser de otro mundo, como si fuera su primera vez que alguien le dirige la palabra sin ofensas, como si fuera la primera vez que alguien le dice un cumplido. No supo que hacer o que decir se privo. No es esta vez una platica como en los libros, no es esta vez una platica como en casa, esta vez es alguien que la mira a los ojos para preguntar su nombre. - Sí, digo ¡No! No tengo novio y sí, lo puedes saber; me llamo Grisell. - Bonito nombre Grisell, yo me llamo Israel y sólo vengo de paso por aquí en el parque soy nuevo aquí y no conozco a nadie ¿Tú sí?. Grisell se pregunto en su mente, ¿Qué le digo?.. - No, no conozco a nadie tampoco igual soy nueva y disculpa, me tengo que ir con permiso. - ¿Te vas?, ¿Te incomode cierto? ¿Te puedo ver mañana? - Siempre estoy aquí cada mañana. - ¡Ok! Te espero yo mañana y te traeré un buen libro que te gustará mucho, bueno, eso espero. Adiós Grisell fue un gusto conocerte. Grisell lo miro y soltó una sonrisa forzada, se confundió y camino a casa para la misma rutina diaria y cada paso ese momento la perseguía y la sensación de curiosidad la mataba.. ¿Quién era él? Es como en el libro que habla del destino, será algún loco.. Estoy divagando, ¿Pero porqué lo pienso lo tanto? ¿Porqué no lo vi antes? Sólo fueron quince minutos de platica... ¡Qué me pasa!